21/3/11

El Hoyo le mostró su cara más fea a Mario Breide

En El Hoyo, Mirco Sudruk  se quedó con la intendencia

Se trató de una elección polarizada que se definió por poca diferencia entre los candidatos. El partido Nuevo Encuentro tuvo una  buena  actuación en estas elecciones  aunque no  consiguió imponerse como una alternativa de trabajo.


Las elecciones de este veinte de marzo habían paralizado a la Comarca Andina, dado que más de la mitad de los pueblos que la componen renovaban sus autoridades y dos ellas llegaban a estos comicios muy golpeadas por el incendio del Cerro Currumahuida, que lamentablemente opacó la campaña limpia que se venía desarrollando en toda la región.

La localidad de El Hoyo no estuvo ausente de estas característica y vivió, como en otros puntos de la provincia una de las elecciones más polarizadas y fuertes de los últimos tiempos donde más de cinco opciones se presentaban como alternativa de gobierno.

Sin embargo estaba en tres de ellas en mayor de los pesos políticos, con actores ya metidos en diversos cargos del pueblo, y con la posibilidad de brindar nuevos puntos de vista para un pueblo que por un lado s enfrenta al crecimiento demográfico y por el otro busca seguir siendo una comuna rural.

En cuanto a los candidato el actual intendente Mario Breide se había posicionado desde un primer momento como una de las opciones con más apoyo, pero luego del incendio se vio muy golpeado y con muchas críticas de algunos sectores.

En la vereda de enfrente se auto colocó Mirko Sudruk, que sin haber demostrado experiencia previa llegaba a estos comicios con el respaldo y el apoyo de ser el referente de Nuevo Espacio del Partido Justicialista Federal que encabeza Mario Das Neves.

El tercero de los candidatos que pisaba fuerte en estas instancias era Pol Huisman, quien desde su banca en el Concejo Deliberante ya venía demostrando un fuerte compromiso con los vecinos y las ganas de seguir trabajando en la política del pueblo.

Esta localidad demostró que no estaba atada a los partidismos de las políticas nacionales y provinciales, dado que dos de los partidos con más apoyo, el del intendente Breide y el del concejal Huisman nacieron como partidos vecinales que se presentan como opciones viables de construcción del futuro de un pueblo que no es igual a otros.

Para estos comicios además hubo candidatos de la Unión Cívica Radical, que llevaban a la cabeza a Ulises Nuequeman, y el caso del Frente para la Victoria con Jorge Levi como candidato, aunque se trata de dos partidos que no encuentran un acompañamiento mayor de la gente. 

En El Hoyo hubo un total de tres sitios habilitados para emitir el sufragio, uno para el sexo femenino en el casco urbano del pueblo,  otro en la Escuela 81 sobre la Ruta 40 al sur del pueblo para los votantes masculinos y el Concejo Deliberante para el padrón de extranjeros.

Las elecciones quedaron en mano de Sudruk, quien logró mantener en todas las mesas habilitadas para sufragar una diferencia de entre diez y quince votos, que luego de algunas horas marcaron la tendencia irreversible.

Uno de los partidos que má prometían para esta elección y que no logró imponerse como una alternativa a pesar de haber jugado un muy rol para una primera elección fue es espacio del Nuevo Encuentro.

Según lo definieron sus propios integrantes en las horas previas a los comicios, el partido “es tan parecido a una metáfora que algún distraído lo podría confundir con una: en un hoyo –en El Hoyo, un pequeño pueblo del noroeste chubutense–, se plantó la primera semilla del partido Nuevo Encuentro a nivel nacional. En las elecciones de este próximo domingo, hay muchas posibilidades de que esa semilla, que ya viene brotando desde hace diez meses atrás, comience a dar frutos. Y sobre todo esperanzas, sostuvieron por entonces los integrantes de esta fuerza.

“La semilla se plantó a principios de julio, en un invierno frío y húmedo, en un pueblo arrasado por la mala gestión de un partido vecinal sin ideas, que llegó al poder con las banderas de la no política y que pronto se dio cuenta de que con agitar esas banderas no era suficiente. Un grupo de vecinos que provenían de distintas corrientes políticas, casi todos decepcionados o dolidos, o al menos atragantados de sapos, se juntaron y empezaron a soñar con una construcción horizontal, participativa, que sirviera de marco para llevar adelante ideas, proyectos”, comentaron además.

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