1/4/24

algunas cuestiones para festejar la pascua de verdad.

Algunas cuestiones para festejar la pascua de verdad.

La cristiana, en el deslinde entre los corderos animales y el Cordero de Dios.  Antes del cristianismo, la pascua era un ritual del pueblo de Israel, teniendo como referencia el éxodo de los judíos , camino al larguísimo peregrinar del Pueblo de Dios hacia la tierra prometida que, a la sazón, estaba ocupada por otro pueblo, no menos de Dios, hijos del mismo Abraham pero, hablemos de la pascua, solo para recordar, no para enseñar a quienes asumiremos que los saben, no van a andar festejando algo que no tienen idea de que se trata.

Como el reinaldo (faraón) no quería aflojar prenda de que se vayan los hebreos de Egipto, y ante el problema de la mano de obra barata, cada vez que venía un tal Moisés (hijo adoptivo de la hija del rey), casi convencido por la labia ( y eso que era tarta)le decía que si, que vayan pero que vuelvan pronto.  Después, lo pensaba mejor y se arrepentía, o le decía que lo habían sacado de contexto, o simplemente, prohibía la salida de semejan muchedumbre.  Tal es así que Diosito lo instruyó a su profeta para que le dijera al kia que, si no los dejaba partir le vendrían las 10 plagas, cada cual más fiera.

Aquí hay un juego extraño, que no sabría explicarlo muy bien, puede estar mal escrito por el Escriba, o habla de una condición divina que no parece hacer juego con los catecismos, escuelas dominicales, escuelas hebreas de religión. Dios mismo endurecía el corazón del Faraón para que no dejase salir al pueblo (un millón y medio aprox) judío de su dominio.  Bueno, dejemos esto que en definitiva no hace falta descularlo para creer que Dios es Amor.  El último castigo por no obedecer a Moisés, fue terrible: la muerte de los primogénitos de todo el reino. Iban a morir por causas naturales (ponele) todos los niños varones de Egipto.  (Digo causas naturales, porque ya en el pasado, otro faraón mandó a matar a todos los niños varones hebreos, como luego lo hiciera Herodes cuando nació Jesús.

Para que “El Ángel Exterminador” no se equivocara de niño, Moisés instruyó a su pueblo que, después de sacrificar el cordero que se iban a lastrar, juntaran la sangre y con ella, pintaran los dinteles de las casas, para que cuando parara el ángel, a ver tan sangrienta señal, ‘pasara’ de largo y golpear a la que no la tenía.  De hecho, Pascua es ‘Paso’.  Hasta ese entonces, un cordero era sacrificado para que su sangre distinguiera la casa del hijo del supuesto “Pueblo de Dios” del del resto del “Mundo”, como le gusta decir al evangelizado de los que no van a su culto, ni garpan sus diezmos “están en el mundo, son del mundo”.

La Cuestión es que, en tiempos de Cristo, la cosa estaba algo extraña.  El Cesar romano era el Rey, el dios de Roma y de todos sus dominios.  Los curas de la época (ponele sacerdotes) estaban cómodos, porque le dejaban seguir profesando su fe, anque acotada en cuanta a libertad y Justicia, nimiedades cuando podían conservar la vida, algunos de sus bienes, y gozar del respeto de su pueblo, sumido en la pobreza y penuria.

Al principio, ese galileo, llamado Jesús, no ofrecía problema, ya que no era Betlemita (creían ellos) y que cosa buena puede venir de Galilea.  Pero Cristo nació en Belén, si, en ese lugar que viera una gran luz, pero nada de esto les importó a los sacerdotes, ya habían hecho cagar al Bautista que hablaba de alguien que vendría después de él, al que no era digno de desatarle el cordón de las sandalias.  Como sería de groso el tipo ese, que hasta Juan el Bautista, que era el santo más groso de la época, se sentía infinitamente inferior.  Bueno, problema solucionado, le cortaron la cabeza.  Pero, como si la vida en Jerusalén fuera fácil, no solo el bautista hablaba de la profecía esa de la venida del Rey de Reyes.  La gente lo andaba esperando para que los librara del yugo romano, y del bosque de cruces ensangrentadas por los condenados a muerte, la violaciones de los soldados romanos que les parecían apetecibles las doncellas judías, y ese enano infernal, un tal Saquéo, que les cobraba los impuestos para el Cesar, si, el de la monedita.

Hacela corta Mejeira, bueno, con esto te imaginarás que nace Jesús, y las horoscoperas le dijeron a Herodes que en esos días nacería el verdadero Rey.  Pero…Cómo? dijo el infe mientras se cortaba las cutículas.  Yo soy el único rey… y no alcanzó a decir más cuando, Caifás, el sumo sacerdote lo miró fiero.  -Bue… Bueno, todos sabemos que el verdadero rey es el Cesar, ejem, ejem.  zigzagueó el cobarde.  Como si esto no fuera suficiente para el estrés reinante, le avisan que habían unos tipos raros, montados en camellos, que decían ser Magos de Oriente.  ( no magos, ni tres) si Baltazar, Gaspar y Melchor.

- Majestad, dijo el negro, venimos siguiendo una estrella… Bla bla bla, todos saben que esa era la estrella del señor, que avisaba que había nacido ya el niño Dios, el futuro Rey de Israel ( frase que trajo kilombo cuando mandaron a poner ese cartel en la cruz de Cristo, pero no quiero espolear la historia)  Se le frunció a Herodes, que no podía mandar a los Magos para no tener problemas diplomáticos, así que haciéndose el oso, le hizo creer que él también esperaba al Mesías, y les dijo que fueran, que le avisar así podría él también adorarlo.  Lo raro es que los adivinos no adivinaron las verdaderas intensiones del reinaldo, o será que Dios endureció el corazón de algunos.

Pero volvamos a la pascua, perdón por lo larguero, iba a borrar un montonaso de esta reflexión, pero no está tan mal.

Cuando Cristo andaba de campaña por todas partes, no había problema, la “reinitud”, ni la “sacerditud” de nadie estaba en peligro, pero todo se empezó a encarajinar cuando al Señor se le dió por darle de comer a cinco mil tipos, sin contar mujeres, ni niños.  Que lo parió, 5 mil tipos es un ejército, encima de gente caliente, con bronca contra los romanos. cincuenta centuriones, o sea que, si cada centurión romano tenía 100 soldados a su cargo, esto era realmente un problema, y no solo por la cantidad, sino que todos ellos, sus mujeres (que no las tenían en cuenta) y sus hijos vieron lo que hizo este muchacho con unos pancitos y algunos pescaditos.  No faltó el que se acordó que este tipo había cambiado el agua en vino, y que había resucitado a Lázaro… Y bueno… a parte de hablar lindo, tenía poder.  Hasta saquéo que era más agarrado que mano de escudo devolvió el doble de lo que se había afanado después de cenar con él.  Mama mía.. Y ahora que hacemos, decía.

La cuestión es que el Rey no quería dejar de serlo, los sacerdotes no querían perder protagonismo, y el gobernador Pilatos, tenía una jermu que le batía: No te metas con este justo (por Cristo) porque te va a ir muy mal.

Entre Pilatos y el Rey herodes, se tiraban la pelota mutuamente, de hecho, estaban enemistados, pero esta cuestión del Mesías, los había unido.  Los sacerdotes, entre los que estaba el Caifás, no se si por este asunto de que Dios le endurecía el corazón, o porque usaban su investidura les daba poder y alguna impunidad para hacer de las suyas, para forzar a los romanos a asesinar a Jesús, le fueron con el viejo truco de que ellos tenían un único rey, que era el Cesar, y este judío era un impostor.   Después de asegurar que no había encontrado delito en el Galileo, el Pila, por las dudas lo hace azotar igual, lo exhibe desde el balcón (tavatá)daba pena, aquel que hizo caminar al paralítico, ver a los ciegos, y dio comida a 5 lucas gente, ahí, desfigurado a golpes, cubriendo su desnudez con una sábana, y con una corona de espinas, no más dolorosa que la diadema de los gobernantes justos, pero que daba la imagen que no podía ser ese el verdadero mesías, el redentor de israel, el salvador del mundo.

Daba tanta pena que los rabinos le decían al corrupto de Caifas: Aflojá un cacho, no ves que ese pobre tipo no es un peligro. Y la bestia hipócrita les gritaba: Burros, no saben nada, es preferible que muero un hombre y no todo el pueblo.  A quién vamos a manejar si viene el Cesar y nos hace cagar a todos???

Así fue que Cristo fue condenado a muerte, y nadie relacionó la sangre de los corderos del éxodo, ni que nadie había salido a defenderlo, que se hicieron los boludos, y hasta hubo quién lo negara tres veces.

Los medios de prensa del sanedrín se encargaron de ningunear a Jesús, con historias de dudosa procedencia, que la madre no era virgen, que José no era el padre, que tenía hermanos y no primos, y hasta hubo quienes lideraron entre la muchedumbre incendiada por el odio, quienes reclamaran por la vida de Barrabás, un verdadero delincuente, y no por el que por tres años estuvo por la zona sin joder a nadie, al contrario.

Jesús, crucificado, por los romanos, ante la anuencia de su pueblo y el silencio cómplice de los que sabían de su mansedumbre, de su poder y de su amor.

Hoy festejamos la resurrección que no podría haber sido sin la supuesta traición de Judas, ese baño de sangre eterna por toda la humanidad, que debió pagar a quien sabe, con Su sangre su redención, aunque para algunos, su sacrificio no alcanzo para todos los pecados del mundo, y pregunto: Deberá volver a la pasión el Señor, por los gays? los divorciados? los que no creen, los que creen otras cosas?

Bueno, después de recorrer esta  historia, de lidiar contra los escépticos, y los fundamentalistas, quiero creer que estamos en constante evolución, ayer creíamos en los 3 reyes, hoy se lo dejamos a los más chicos con sus ilusiones, y seguimos con las nuestras hasta que seamos más grandecitos.

Felices pascuas, no hablo de huevos de pascua, ni de conejos o ni de ornitorrincos  mamíferos, ponedores de huevos y ponzoñosos, porque sacando al australiano, los otro no son de esta historia. ( El ornitorrinco, tampoco, pero es un misterio del arca de Noé que no hemos podido resolver, y ningún bicho se ha hecho responsable.  Besos, Abrazos, que la vida les sonría. Enrique Carlos