TRIBUS URBANAS
¿Dónde están los hippies?
En 1967 saltó al mundo, desde San Francisco, una rebelión pacífica de jóvenes que, entre el idealismo, el delirio y la droga, impulsó una nueva forma de pensar, de vestir y hasta de amar. El fenómeno se extendió a casi todo el planeta, incluida la Argentina. Pero pocos años después se había extinguido.
Corría 1964 y, en la costa oeste de los Estados Unidos, los primeros asentamientos de jóvenes pelilargos, vestidos ambiguamente, con ropas coloridas y una filosofía militante a favor de la paz, la libertad, las drogas alucinógenas y el sexo sin culpas.
Michael Fallon, periodista del San Francisco Examiner, los llamó "Hippies" y, aunque el término al principio les pareció despectivo, terminaron por adoptarlo. El movimiento se replicó por todo el mundo, si bien en forma mucho más superficial que en su versión original. De la actitud combativa del flower power poco quedó en sus versiones foráneas, siendo más una moda estética y contracultural, que filosófica y revolucionaria.
Argentina no fue la excepción, aunque la realidad nacional se presentaba bastante más sórdida que la norteamericana. Juan Carlos Onganía comandaba una dictadura militar cuyo hobbie era prohibir, incluso cosas mundanas como que las parejas se besaran en las plazas. En este ámbito, los primeros jóvenes argentinos en adoptar esta corriente cultural (Quiénes preferían el término "náufragos" en lugar de hippies, inspirados en el tema "La Balsa" de Los Gatos) comenzaron los primeros asentamientos de comunas en El Bolsón. Paradójicamente, los primeros hippies de este lugar, pertenecían casi en su totalidad al staff de la Opera "Hair", cuya versión se puso en escena exitosamente en Buenos Aires . Un espectáculo comercial que provenía de países guerreros y generó consumismo. Precisamente lo que los hippies supuestamente combatían.
En Buenos Aires su lugar era el boliche La Cueva y el bar La Perla del Once. Los náufragos porteños iban de bar en bar, o caminaban hasta el puerto, con la guitarra colgada, componiendo canciones de liberación y protesta.
¿Qué queda de los valores hippies hoy en día? "Sin el hippismo no tendríamos hoy incorporadas a nuestras vidas el yoga y otras disciplinas orientales; el ideal de la alimentación sana; de una mayor libertad sexual y una actitud crítica permanente hacia los políticos. Tampoco existirían entidades como Greenpeace, Amnesty International o Médicos sin Fronteras" asegura Pipo Lernoud, uno de los primeros hippies argentinos.
¿Y dónde terminaron los hippies sobrevivientes? Los pocos que quedaron y permanecieron fieles al estilo de vida contracultural del hipismo se radicaron en Marcos Sierra, Córdoba, o en El Bolsón, en Río Negro, en busca de un mayor contacto con las naturaleza, donde viven vendiendo dulces caseros, artesanías y medicinas naturistas.
En Buenos Aires, lo más parecido que quedaron a los hippies se pueden encontrar en Plaza Serrano, vendiendo artesanías y ropa "hippie chic", la versión industrializada de las coloridas prendas. También en las facultades de Ciencias Sociales de la UBA pueden encontrarse varios neo hippies, ataviados con pantalones de bambula, pulóveres de llama, rastas, barbas y continuos viajes al norte del país, amantes de la marihuana y los malabares.
"Si te acordás de los 60, entonces no estuviste ahí" dice una conocida frase popular norteamericana. Sin embargo, el recuerdo es todo lo que queda de esta tribu urbana.