25/5/13

Esteban Gandulfo: Un vistazo a la edad de piedra

Un vistazo a la edad de piedra

El sitio de interés queda a un día de viaje, yendo tranquilos, por un camino casi en su totalidad pavimentado. Hay gente que viaja desde Alemania, o Japón, u otros sitios muy distantes para ver las pinturas de las cavernas, y nosotros todavía no las habíamos visitado ¡Qué vergüenza!

De Lago Puelo al sur, el camino es para nosotros familiar, por la mano derecha, es decir el oeste, está la cordillera con sus bosques y cumbres nevadas, los ríos que van fluyendo hacia el Atlántico, y los lagos, que a veces se ven y otras no. Por la izquierda, es decir el este, el extendido rostro de la estepa, con alguna que otra estribación de la pre cordillera. Los pueblos van quedando atrás: Esquel, Tecka, Gobernador Costa, todavía la Patagonia sigue estando poco habitada.

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Panorama por la ventanilla, a poco de salir

A eso del mediodía habíamos llegado a Río Mayo, pueblo en el que habíamos pernoctado en algún viaje anterior, y que cobra importancia por ser el último centro urbano en Argentina, de una ruta bastante transitada que conduce a Coihaique y Puerto Aysén en Chile.

Eso si uno conduce para el oeste, nosotros en cambio continuamos hacia el sur, en condiciones mucho más lastimosas: El camino estaba en construcción y debíamos transitar a veces por desvíos hechos a la ligera, y otras por la vieja ruta de ripio, ahora desatendida en vista de la próxima pavimentación: Transitábamos la mítica ruta 40. Que al llegar al límite con la provincia de Santa Cruz se transformaba maravillosamente en una carretera perfectamente pavimentada, que nos empalmó con la ruta 43, que viniendo de Pico Truncado nos condujo hasta la ciudad de Perito Moreno.

Francisco Pascasio Moreno dejó su nombre en muchos sitios de la Patagonia: Un glaciar, una ciudad, un cerro, y un montón de calles, plazas, escuelas, clubes, etc. Y uno no puede dejar de reconocer a este argentino que hizo tanto por el país, invirtiendo en él todo el patrimonio familiar, y después de haber puesto su esfuerzo e ingenio de manera que le hizo ganar tanta extensión territorial al país, acabó frustrado por los políticos del gobierno nacional que malograron sus esfuerzos. Diputado incomprendido en el congreso de la nación, leer sus reminiscencias da ganas de llorar.

Paramos en unas cabañas Fénix, a orillas del río Fénix, un débil curso de agua que antes desaguaba en el inmenso lago binacional Buenos Aires/General Cabrera (dos nombres, uno para cada país) pero que gracias a la picardía de Moreno, en enero de 1898 y después de once días de arduo palear por galeses de Trelew contratados por Clemente Onelli, lograron hacer confluir con el río Deseado, que fluye y fluía hacia el Atlántico.

Los chilenos se pusieron el grito en el cielo al ver la triquiñuela de Moreno, y le dieron forma de enérgico reclamo diplomático. La respuesta técnica de Moreno fue que simplemente llevaron las cosas a su estado original, porque fue en el holoceno que el lago perdió nivel al comenzar a desaguar en el Pacífico, y que entonces el Fénix se “cayó” hacia el lago, cosa que fue corregida por Onelli y sus paleadores. La respuesta diplomática del canciller argentino Amancio Alcorta fue un ejemplo de inteligencia diplomática, reuniendo sabiduría con picardía.

Este episodio da para la reflexión de que somos más de uno los que pensamos que la generación del ochenta, hizo grande a la Argentina, y que políticos posteriores enriquecieron su ego y su patrimonio, y empobrecieron al país. Leer las cartas del canciller Amancio Alcorta y compararlas con las actuaciones del canciller Timerman, producen orgullo histórico y desasosiego contemporáneo.

Volviendo a nuestro viaje, esto es lo que íbamos a ver:

Manos

Pero para llegar hasta la cueva de las manos teníamos que ir todavía más al sur, y después de asesorarnos en la oficina de turismo de Perito Moreno, decidimos modificar nuestro plan de viaje, que era llegar a la cueva desde Bajo Caracoles, porque nuevos caminos nos ofrecían un trayecto menor. clip_image004

De Perito Moreno al sur, la ruta es magnífica. No sólo porque la traza es muy cómoda y el pavimento nuevo, sino porque el área se vuelve mucho más entretenida. Hay ondulaciones del terreno, suaves curvas, ascensos y descensos. Además, la fauna que antes aparecía con timidez, ahora se mostraba con toda soltura.

clip_image006Guanaco curioso

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Zorrito clip_image010

Choique

Ver todos estos animalitos cerca de la ruta, o cruzando era muy agradable, y si bien no constituían el objetivo principal del viaje, nos hacía detener, preparar la cámara, estudiarlos, seguirlos y robarles algunas imágenes… clip_image012

Águila mora

…Hasta que llegamos a nuestro destino, el centro de interpretación del Río Pinturas-Cueva de las Manos.

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Centro de interpretación Rio Pinturas-Cueva de las Manos

Lo que nosotros íbamos a ver eran vestigios culturales de los habitantes que nos habían precedido unos cuantos milenios y que durante muchas generaciones habitaban o pasaban por el lugar. Estudios de l960 dicen que las pinturas fueron hechas entre 9.300 y 1.300 años antes del presente. Los temas responden a tres períodos distintos; el más antiguo —y menos abstracto— es rico en escenas de caza; en el período intermedio sobresalen las manos que se encuentran acompañadas secundariamente por la representación de animales aislados; en el último período la temática preponderante es la de motivos geométricos, líneas y puntos de los cuales se desconoce su significado. clip_image016

Cazador persiguiendo guanacos

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Manos

 

Figuras geométricas

Los arqueólogos que están trabajando en el lugar dicen que estos antecesores de los Tehuelches eran muy primitivos, cazadores recolectores, cultural e industrialmente en la edad de piedra.

Cazaban guanacos, choiques, y otros animales menores, y recolectaban frutos, tubérculos, huevos… para la caza tenían instrumentos muy elementales, lanza con punta de piedra, bola de piedra con un lanzador de tendones, raspadores para trabajar las pieles… y prácticamente nada más. Todavía no habían llegado los Mapuches desde el otro lado de la cordillera, con sus cultivos, ganado en cautiverio, alfarería, tejeduría lenguaje desarrollado. Estos pintores se supone que tenían una comunicación oral muy elemental, probablemente gutural tal lo fue “tsonek” la lengua de los tehuelches meridionales, los “Aonikenk”.

Tampoco habían aparecido los caballos escapados de los colonos en la zona del Río de la Plata, así que estos pintores debían ser buenos caminadores, lo que permite ser supuesto por la dispersión de estas artes plásticas, extendidas por varios parajes de la zona y del sur de Chile, aunque estas pinturas son las más valorizadas y cuidadas. clip_image022

Lucas en una de las plataformas de observación

La Unesco ha declarado la Cueva de las Manos del Río Pinturas patrimonio cultural de la humanidad, y eso en cierta medida ha ido contribuyendo a protegerlas, más de los vándalos humanos que de la agresión climática.

Emprendiendo el regreso, la fauna estaba más activa con el calorcito del mediodía, por poco había que andar esquivando guanacos clip_image024

Guanacos despidiéndonos

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Cambio de luces en el horizonte de la Patagonia