Reeditarán el primer recorrido del Río Chubut
Sábado, 23 de Enero de 2010 18:01
El 24 de enero de 1960 cuatro jóvenes llegaron al puerto de Rawson después de 35 días de travesía en dos canoas, convirtiéndose así en los primeros en navegar el río Chubut en su totalidad. Los chicos habían tenido que esperar para vivir su aventura: quisieron intentarlo cuando tenían 15 años pero sus padres no los autorizaron, y debieron posponer su proyecto.
Cinco décadas después, David Williams y Daniel Hughes, sobrinos de dos de los protagonistas, reeditarán parte del recorrido en una de las canoas originales que se conservó de aquella época. Saldrán el domingo 31 a las 16 del Club Bigornia de Rawson, para finalizar alrededor de una hora después en el puerto de esa ciudad.
“En principio yo pensaba escribir un libro porque tengo el diario de viaje de mi tío”, le contó el médico e historiador David Williams a Jornada, “pero cuando se lo comenté a Daniel me dijo que él tenía una canoa y sugirió que sería más interesante si lo hacíamos navegando”.
El profesional explicó que ambos decidieron hacer coincidir el homenaje con los cincuenta años de la travesía pero una lesión obligó a Williams a posponer el viaje hasta el próximo domingo.
“Este viaje es un hecho que se había olvidado y por eso nos pareció importante recordarlo de esta manera. Se trata de la primera vez que se navegó todo el cauce del río Chubut, al menos de la historia contemporánea”, aclaró Williams. “La única parte que no incluyó el recorrido original es desde el nacimiento del río hasta El Maitén, un tramo imposible de transitar por la existencia de una caída de agua de tres metros de ancho por nueve de alto”, describió.
Navegar el río
Los protagonistas de la historia fueron el estudiante de quinto año del Colegio Nacional Roberto Carlos Martínez, de entonces 17 años, el empleado de Casa de Gobierno Filadelfio Russ, de 19 (hoy en Nueva Zelanda), el estudiante Néstor Jones, de 20, y el empleado de la Dirección Impositiva Elvio Hughes, de 21 (único sobreviviente que reside en Trelew). Los amigos esperaron a que Jones, que cursaba abogacía en Buenos Aires, volviera de vacaciones, y partieron el 21 de diciembre de 1959. La idea había surgido a partir de una caminata al borde del río realizada tres años antes.
Los aventureros no dejaron nada al azar; incluso las canoas eran de diseño propio: “Trapialleufú” (león de río) fue construida por Hughes y Russ con aluminio y un armazón de madera. La otra (‘Tammy’, flor del pantano) fue fabricada por Roberto Martínez y su amigo Ansel Davies. Ambas demandaron dos meses de trabajo.
Las embarcaciones resistieron 1.500 kilómetros de navegación, con la carga de un equipo calculado en 270 kilos por canoa. Además de herramientas, provisiones y ropa, los viajeros incluyeron dos botellas de sidra pensadas para brindar en Navidad y Año Nuevo, fiestas que los sorprendieron remando.
A lo largo de la travesía hubo sólo dos incidentes menores, según le contaron los satisfechos remeros a Jornada, luego del viaje. El primero fue a poco de partir desde El Maitén, cuando uno de los botes fue arrastrado y se llenó de agua, perdiéndose parte de las cosas. El otro hecho fue en proximidades al valle de Fofocahuel, cuando el “Trapialleufú” se dio vuelta, con consecuencias similares.
“La intención fue remar ocho horas diarias, pero tuvieron que hacerlo casi todo el día”, le relataron al diario, puntualizando que avanzaban unos siete kilómetros por hora y que en distintas oportunidades fueron recibidos en estancias, en donde aprovecharon a retomar fuerzas. “De noche atracaban y comían. En sólo dos o tres oportunidades emplearon la navegación nocturna”, agrega la crónica periodística.
Jornada fue a esperar a los intrépidos al puerto de Rawson y tituló la hazaña celebrando “No ha muerto la aventura”. Describió que llegaron “tostados, con un par de kilos menos, barbudos pero contentos”.
“El recibimiento fue clamoroso, y al lado de los familiares que esperaban ansiosos, el público premió con nutridos aplausos la hazaña”, describió el cronista.