Buscan a un joven desaparecido que se habría arrojado al Manso

Escapó de una reyerta. 60 personas participan del operativo

EL MANSO (AEB)- Hasta anoche no se habían logrado datos concretos sobre el paradero de Omar Hinostroza, un joven de 20 años residente en San Carlos de Bariloche, quien se habría arrojado a las aguas del río Manso para escapar de una reyerta circunstancial.

El hecho recién tomó trascendencia ayer, aunque lo buscan desde el primero de año. Durante las últimas dos jornadas participaron del operativo buzos de la Prefectura Naval Argentina, policías y brigadistas del Splif y del Parque Nacional Nahuel Huapi, quienes lo rastrearon infructuosamente por las inmediaciones del camping La Isla, a la altura de la escuela de El Manso Inferior y a unos 20 kilómetros de la frontera con Chile.

Ayer por la tarde se sumaron efectivos del Escuadrón 35° de Gendarmería Nacional, expertos del Bora rionegrino y dos perros adiestrados. El rastrillaje proseguirá hasta el jueves y entonces las autoridades evaluarán los pasos a seguir.

El joven tiene familiares entre los pobladores de El Manso y llegó el 24 de diciembre para pasar las fiestas, según trascendió.

Durante la noche de fin de año se habría reunido con dos amigos en el complejo turístico. Según las versiones, tras una madrugada de diversión e ingesta alcohólica, los jóvenes habrían discutido por cuestiones del momento y a la pelea se habrían sumado otros de los presentes en la fiesta improvisada.

Lo habrían corrido

Alrededor de las 7, varios corrieron a Hinostroza, quien al verse acorralado se habría arrojado a las aguas del río, aunque otra hipótesis se remite a que se habría escabullido en el bosque.

Lo concreto es que su falta recién se notó al mediodía del sábado, cuando los familiares preguntaron al resto sobre su paradero y nadie dio una explicación clara. De todas maneras, se hizo una denuncia policial por desaparición de persona ante la Comisaría 12° y se comenzó con la búsqueda. A partir de allí, unas 60 personas están sumadas al operativo.

Otra complicación observada ayer por los buzos es la falta de transparencia del agua, ya que las lluvias provocadas por dos tormentas de verano la enturbiaron.

Además, desde el sector de campamento señalado hacia el límite internacional, el curso hídrico se encajona y produce grandes rápidos que son utilizados por los deportistas del rafting.

Diario Río Negro