21/1/15

Reflexión: La violencia de unos pocos, la indiferencia de muchos

Imágenes del Hostel agredido en Lago Puelo

Nos llamaron de distintos medios, y debimos comentar lo que había sucedido. Creo que nos debemos un análisis de estos acontecimientos que nos avergüenza a todos.

Seguro que no es la discriminación lo que caracteriza a Lago Puelo.  Vivimos y convivimos con una abigarrada sociedad de llegados de todas partes, con sus cuelgues, sus pasiones, sus virtudes y defectos, sus genialidades y sus pecados.

Nuestra jerga nos ayuda a distinguirnos entre, "Jipis", paisanos, galensos, indios, chilenos, Nics, turcos, mapuche y ahora, los rusos.

La llegada de los muchachos de Israel a nuestra zona ha cambiado un poco la rutina veraniega de Lago Puelo.  La banda de muchachones y jovencitas de robustos cuerpos, comprando en el súper, tomando remises que, hasta anuncian sus servicio en hebreo, o subiendo al colectivo para ir a disfrutar de sus vacaciones.  Un cotorrerío descomunal con una lengua que nadie entiende, salvo uno, que es el encargado de las transacciones económicas. 

Todos vienen por semanas, y están muy ocupados por sus recreaciones como para intentar el diálogo con los parroquianos.  Algunos los acusan de mal educados, otros de revoltosos, y si hablamos de guita, todos sabemos como son ellos, no nos va a sorprender que cuiden el mango. (Esto no es solo atributo de los judíos).

La cuestión es que se corrió la bola que los chicos eran soldados que venían de vacaciones.  Y para colmo, los bombardeos en la franja de Gaza hicieron que muchos tomaran represalias contra estos turistas.

Grupos Pro Palestina estuvieron congregándose, cosa que me parece muy bien, para fijar una postura ante Israel en relación a este hecho.  Algunos han ido más lejos, y propusieron una serie de actos que rayana con la discriminación.

La cuestión que, un reducido grupo de personas, no se si con otros motivos, pero vociferando consignas antisemitas, se apersonaron en el Hostel que los hospeda, según declaraciones de los propietarios, con una escopeta que dispararon contra una cabaña, rompiendo cristales de las mismas y de un vehículo, y golpeando a dueños y huéspedes, también se llevaron una mochila con pertenencias y dinero de una mochilera que también fue golpeada.

Créame, no son usuales estos hechos en la comarca andina; hay judíos y musulmanes, japoneses, bolivianos, paraguayos, chilenos, y un mosaico de provincianos, y no se ve discriminación violenta, salvo alguna que otra cargada.

Pero si bien, el hecho es grave y debe ser tratado en sociedad, lo que si es muy grabe, peligroso y delictivo, es la pasividad e indiferencia con que fue tratado el tema por las autoridades, y hasta por los mismos parroquianos.  "Fue un incidente entre vecinos" dijo el intendente de Lago Puelo, posiblemente sin estar al tanto de la realidad de lo sucedido, y sorprendido por hechos que no son habituales. 

Qué papelón internacional, me llamaron de radios de todas partes, y tuve que marcar una “delgada línea roja” entre lo serio de lo ocurrido, y lo que se puede tomar como un hecho aislado. 

Pero donde no hay disculpas para dar, es en la falta de conciencia de lo que un hecho de estas características puede generar.  Qué hubiera pasado si un turista hubiera perdido un ojo en la gresca, por no hablar de cosas peores?

Que tremendo problema diplomático nos hubiera acarreado? Qué imagen estamos dando al mundo? ya que la información se viralizó, salió en Clarín, Página 12, y cientos de radios de Buenos Aires y el país.

El gobernador Buzzi se comunicó con las víctimas para solidarizarse y muchos vecinos hicieron lo propio.  Pero lo cierto es que doscientos turistas israelitas se han ido de la localidad con una experiencia espantosa para contar.

El problema de medio oriente es grave y nos compete a todos, pero no creo que este incidente tenga que ver con gente que conoce de política exterior, de la historia de la violencia en esa región, ni siquiera un sentido de solidaridad con el pueblo palestino.  Aquí se mezclaron dos ingredientes letales: La violencia de unos pocos y la indiferencia de muchos.

Enrique Carlos