Ser o No Ser
Editorial 2º de enero de 2016
Segundo día del año, arrancamos como todos los días anteriores, con una vaga idea de lo que vamos a ejecutar en esta jornada, y con la expectativa de las eventualidades que nos sorprenderán.
Hemos pasado las “Fiestas”, con poco espíritu festivo.
Le esquivamos al ritual de los saludos de fin de año, los buenos deseos e intensiones, y la parafernalia de las tarjetitas navideñas.
Hemos evitado abrazos convincentes, llamados emotivos y cadenas de correos, con pinitos titilantes, renos y papa noeles y estrellas de David.
Como obstinadamente y, no sin esfuerzos, traté de no cumplir con ninguno de los ritos y costumbres de todos los años de mi vida, por ahí, quién sabe, este año sea distinto.
Para qué tantos brindis puntuales, a las 12 de la noche?
Para qué los belenes atestados de pastores?
Por qué el invitado de piedra del borrachín de papa noel, asistiendo al nacimiento del pesebre?
De qué ha servido tantos “Gallos” en la misa interminable?
Estas Fiestas, como un chico empacado, no quisimos caer en los rituales, opiáceos de una realidad fingida; no pintó el optimismo, ni la endorfínica sensación de que el año nuevo, por ser nuevo será mejor.
Hemos aprendido y enseñado, que el regalo lo trae papa noel, como si fuera mejor desarrollar en los niños la mentira, más que el esfuerzo y amor de los padres.
Mientras sigamos esperando al mesías, seguiremos irredentos aceptando y permitiendo lo inadmisible.
Hoy mi pregunta es “¿Somos o no Somos?”
Algunos políticos, sobre todo los que nos gobiernan, insultan nuestra inteligencia;
nos hablan de lluvia ambarina, cuando en realidad nos están meando.
Nos dicen que está bajando la inflación, cuando es la recesión lo que provoca remates para pagar las deudas.
Mutan de nombre los impuestos, para que los anticuerpos naturales no los detecten, y puedan seguir parasitando nuestra economía.
Son tan astutos que hasta nos hacen creer que son culpables de nuestras desgracias, los que podrían salvarnos de esta debacle.
Nos dicen que los Pueblo tienen los gobiernos que se merecen, cuando todos sabemos que no nos merecemos la tiranía y el robo descarado de nuestra prosperidad, bajo ningún gobierno, y menos del de los dueños de las empresas que son las únicas que pueden festejar hoy día.
Ellos creen que somos idiotas y que no nos damos cuenta de las cosas como son, y por ahí, quién sabe, hasta tengan razón.
No le tienen tanto miedo al pueblo hambriento como a la clase media cuando le tocas un centavo de la Caja de Ahorro, por eso nos enfrentan, a los unos y a los otros, peleando entre “católicos y protestantes, mientras el diablo mira desde el pulman”.
Arrancamos un nuevo año, con las mismas deudas del anterior, más los intereses; Si es cierto que los pueblos tenemos los gobiernos que nos merecemos, algo mal estamos haciendo, entonces, hagamos algo para tener un gobierno que nos haga felices, sin necesidad de fiestas costumbristas, rituales milagrosos, mágicas noches en vela, sino solamente con justicia, honradez y libertad.
ECA
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