30/1/11

El Chubut: Incendio de Tamango

Las llamas destruyeron la tienda y zapatería “Tamango”

30/01/2011  | Incendio en pleno centro de El Bolsón / A media mañana de ayer sábado 29 de enero, los vecinos de El Bolsón se sorprendieron con el incendio en pleno centro de la localidad cordillerana, de la antigua y reconocida Tienda de Calzados “Tamango”, que se quemaba en forma completa desde su interior.

Varios minutos pasaron hasta que llegó la primera unidad de los bomberos local, al parecer por los registros de varios testigos, el incendio habría comenzado en el ala derecha del edificio en la parte de arriba, sector que se ubica frente a la iglesia de El Bolsón.

Así rápidamente las llamas y el fuego fueron ganando el interior del local, tomando todos los elementos combustibles e inflamables que se encontraban en  la tienda y zapatería. Para este momento, 10,30 horas, la columna de humo era muy alta y ya se divisaba desde Villa Turismo (sector elevado de la ciudad).

Ante la mirada atónita de los curiosos, el incendio -poco a poco- fue cubriendo la totalidad del comercio, una zapatería que para los vecinos de El Bolsón había significado durante muchos años el lugar para vestir y calzar a las familias bolsonesas.

Luego fueron llegando varias autobombas y ambulancias para asistir la situación de emergencia que se estaba viviendo en pleno centro de la ciudad. Las motobombas de los bomberos, dada la proximidad de unos pocos metros con el Lago artificial de Plaza Pagano, tomaron el agua del lugar para sofocar el incendio de gran intensidad.

Previo a ello,  agravando la situación de que habían llegado bastante tarde al lugar, los bomberos voluntarios fueron a buscar combustible, para poner en marcha las bombas que chupaban agua de la plaza, ya que no tenían cargados sus tanques.

Varios fueron los comentarios de los vecinos  frente al local: algunos sostenían que los bomberos habían llegado demasiado tarde al incendio; otros sostenían que no habían traído agua suficiente y que si no fuera por el lago de Plaza Pagano, ni el edificio de material se hubiera salvado.

La tarea fue contra reloj, refrigerando las viviendas vecinas y atacando el fuego desde todos los frentes posibles, se levantaron parte de los techos y sector alto de la Zapatería, para ingresar con las mangueras con toda el agua posible. Los vidrios explotaban y se caían las vidrieras. Una imagen dantesca  para los muchos curiosos y turistas que apreciaban la situación.

Fue realmente conmovedor para EL CHUBUT (el primer medio de comunicación que llegó al lugar) ver a las empleadas de la Zapatería y a su dueña, llorar y abrazarse frente al incendiado edificio. Con mucha tristeza los testimonios de las empleadas, repetían que no había nada que ellas recordaran de gravedad en el altillo del local como para que todo terminara en un incendio. Por otro lado, otros testimonios de vecinos sostenían que podría haberse generado el siniestro debido a un desperfecto eléctrico, originado tal vez por una diferencia de tensión, ya que unas horas antes se habían colocado a unos pocos metros varios equipos de sonido de alta potencia, vinculados con los festejos y espectáculos musicales correspondientes al 85°Aniversario de El Bolsón. En fin, demasiadas conjeturas.

Luego de unos cuantos minutos, cercano a la hora, se registraron algunos casos de personas descompuestas por inhalación de humo muy denso en el centro de la ciudad, las que tuvieron que ser asistidas en la guardia del hospital zonal, según revelaron fuentes confiables.

Producto de muchos artículos y elementos sintéticos que formaban parte de la mercadería del lugar, las llamas se mantuvieron un par de horas, se cortó por precaución los suministros de gas y energía, y se controló todo el perímetro, para evitar se extendiera a los edificios aledaños.

Se cortó el transito en varias arterias de la ciudad.  Cabe destacar además que muchas personas, vecinos anónimos, colaboraron con los bomberos y defensa civil para extender mangueras y asistir con lo que hiciera falta.

Por último, frente a tamaño desastre nos queda una imagen más que triste del lugar: letras de papel en sus vidrieras que se quemaban con la leyenda “Feliz Cumple Bolsón”; ver a sus empleadas con sus rostros hinchados de tantas lágrimas e impotencia;  y a la  joven encargada que siempre estaba en la caja del negocio, ahora desde la vereda de enfrente sentada en un banco de la Plaza Pagano, rodeada por una multitud, viendo como se consumía su lugar de trabajo y aquello que había sido un comercio que formó parte de la historia de El Bolsón.