15/1/10

Ámbito promociona la Comarca Andina: Turismo diferente y caro

image Cuatro tours por el Corredor de los Lagos

Todo el año es temporada turística en la Patagonia, pero cada estación tiene sus particularidades en la región. Un caso especial es el de los cruceros que viajan hacia la Antártida desde noviembre hasta marzo, haciendo base en la ciudad de Ushuaia. Conocer el continente blanco no es un gusto que muchos puedan jactarse de haber cumplido, pero está al alcance de la mano de aquellos que estén dispuestos a pagar los u$s 8.500 que cotiza el tour convencional. En tierras continentales, en zona cordillerana, el Corredor de los Lagos es una opción completamente distinta, con la calidez de los bosques, sobre el azul de los espejos de agua de Neuquén, Río Negro y Chubut.

El verano ofrece la oportunidad de realizar vacaciones que sean realmente diferentes. En el noroeste de la Patagonia, en la Patagonia andina, existe una zona de deslumbrante belleza, denominada el Corredor de los Lagos, que no para de crecer en el interés del turismo tanto nacional como internacional.
Sus fascinantes características naturales, sus múltiples posibilidades para el descanso, el esparcimiento, el descubrimiento, la aventuras y los deportes, llevan por un recorrido de más de 1.100 kilómetros que atraviesa las provincias de Río Negro, Neuquén y Chubut. Un tour que pareciera proponer a los visitantes, como en una famosa serie de libros para chicos, «elige tu propia aventura».

Cuatro caminos


Cuatro son las fórmulas más usuales para conocer el Corredor de los Lagos, ya sea que se busque descubrir un tramo determinado o realizar el circuito completo.
La primera posibilidad, quizá la más simple, es partir de San Carlos de Bariloche, indudable centro turístico internacional que está prácticamente en el medio del Corredor de los Lagos, y realizar lo que se califica de un circuito chico, esto es un periplo de 60 kilómetros, desde Playa Bonita a Laguna El Trébol, o, más ambiciosamente, lanzarse a avanzar hasta la ciudad de Trevelin, en Chubut, ese pueblo que aún mantiene orgullosamente el originario aire galés que le dieron los pioneros que lo crearon.
Una segunda alternativa es para quienes deciden salir desde el sur del recorrido para llegar finalmente a conocer, en la otra punta, en Neuquén, el lago Caviahue, y lograr un buscado relax en la aguas y fangos de las Termas de Copahue y no perderse de ascender a la cumbre del volcán.
La tercera posibilidad supone una especie de rally, un andar constantemente por el camino, acaso haciendo postas en los hitos poblacionales del camino, partiendo de Chos Malal para arribar alrededor de unos diez días después a la ciudad de Esquel.
La cuarta posibilidad es armar un recorrido salteando los lugares tradicionalmente más conocidos, los que aparecen habitualmente en la guías o son recomendados boca a boca, como Caviahue-Copahue, Junín de lo Andes, San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Bariloche, El Bolsón y Esquel, y teniendo en cuenta, por lo tanto, a Aluminé, Piedra del Águila, Villa Traful, Dina Huapi, El Hoyo, Epuyén, Cholila, El Maitén, Trevelín, Corcovado. Tambien cabe la posibilidad de hacer todo lo contrario, pasando sólo por aquellos lugares consagrados masivamente, y que por tanto dan seguridad de un nivel alto de servicios. Los espíritus ecologistas suelen planificar un peregrinaje por los Parques Nacionales del Corredor de los Lagos: Laguna Blanca, Lanín, Arrayanes, Nahuel Huapi, Lago Puelo y Los Alerces, en donde se dedican a paseos de avistaje de pájaros y animales, la mayoría sale a tratar de ver los famosos ciervos patagónicos.

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