Extraño apagón en plena Fiesta Nacional del Bosque:

Cuando presentaron al grupo estelar de la noche, Miranda, las luces se apagaron. La gente que había concurrido en grandes cantidades y de todos los lugares de la Comarca, esperó pacientemente y de forma inusualmente calma el retorno a la normalidad. Esto no ocurrió, y al cabo de una hora restablecieron la energía del escenario, y un locutor, a mi humilde juicio totalmente desubicado y temerario, pidió disculpas y sugirió que el apagón se debía a un atentado, presumiblemente de grupos de trabajadores antagónicos al oficialismo local.

Por suerte, y gracias a que nuestro pueblo es pacífico y educado, esto no pasó a mayores, ya que había presente empleados que estuvieron relacionados con el conflicto laboral que parece no terminar.

Vecinos que “bajaron” como decimos en nuestra jerga local, de distintos parajes de Lago Puelo y del resto de la comarca, solo con la intención de pasar un buen momento y disfrutar de una de las mejores bandas argentinas, se encontraron con la imposibilidad de volver caminando a sus casas, ya que la oscuridad de la noche era total. Así esperaron y, como jugándole una broma al infortunio, la banda empezó su show, memorable show, que entre corte de energía, aplausos y chiflidos, conjuraron las angustias de no saber realmente que había pasado.

Ya sea que el corte haya sido por impericia de los responsables de la usina, o por la irresponsabilidad de quien debería haber provisto un generador alternativo por seguridad, o ausencia de la defensa civil, o por un irracional atentado, no contra una persona ni su gobierno, sino contra todo un pueblo inocente y ajeno al conflicto, la bonhomía de este pueblo minimizó los riesgos de accidentes, puebladas y desmanes, y disfrutó de la fiesta de su pueblo.

Enrique Carlos Ameijeiras