4/3/17

24 de marzo: Por qué la importancia de conmemorarlo

Por qué tiene tanta importancia la conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

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Si ud. se escandaliza cuando se entera de un femicidio, o de la muerte violenta de alguien en mano de asesinos,

si le duele a ud. una muerte que deja destruida una familia por el asesinato de un padre de familia, o una mujer embarazada, o de un jovencito universitario,

si le da odio que un uniformado, gatillo fácil acabe con la vida de una persona inocente,

si le duele la injusticia cuando ve documentales de los campos de exterminio, de las penurias del pueblo armenio,

Si lo derrumbaron echándolo injustamente del trabajo, o lo persiguen, y lo amenazan, a tal punto de no animarse a reclamar por sus derechos, y hasta debe contentarse por tener un laburo, aunque le paguen menos de lo que necesita para vivir.

si no soporta que le pidan documentos, que le revisen el auto, ni el autoritarismo policial.

Si pide justicia, y ve como las causas van prescribiendo sin que se haga justicia, y sospecha de zonas liberadas, de connivencia de la ley con los chorros, que nunca meten preso a un magnate de la droga, pero que caen los giles que consumen, se endeudan y pagan con sus vidas vendiendo a las futuras víctimas de la maquinaria perversa que es invisible a la ley, a la justicia y al poder.

Bueno, multiplique todo eso por 30.000, para ser generosos,

Ahora haga un paneo por su entorno, fíjese el empleado que es sindicalista, el concejal, el funcionario de un gobierno democrático. Los chicos que van a ayudar en alguna catástrofe, que están militando para un partido político, o sencillamente en una iglesia, pero que son solidarios con las necesidades sociales.

Todo ellos, en esa época eran sospechados de terrorismo.

No había Twitter, ni Facebook, ni correos electrónicos, imagínese hoy que fácil que la tienen, solo con ver nuestros muros saben cómo pensamos, quienes somos, quienes son nuestros amigos.

En el 76 hubo una explosión de odio hacia los que se empoderaron de sus vidas, y no toleraron ser tratados como esclavos, los que salieron a defender los derechos de los que menos tienen, los postergados de siempre.

Salieron a buscarlos, enceguecidos de ira, inventaron una guerra que nunca fue tal. Inventaron que Rusia y Cuba estaban armando a los terroristas. Que los terroristas querían imponer el comunismo, que el comunismo era un sistema oscuro, sin libertad y violento.

Dijeron que ellos iban a liberar al país de la izquierda internacional y la verdad era que, lo que ellos llamaban terroristas, eran ciudadanos que defendía al país del vaciamiento de la derecha capitalista internacional. Persiguieron, apresaron, desaparecieron y asesinaron a una multitud, obligando a muchos a pasar a la clandestinidad en defensa propia.

Hoy, cuando vean gente que tenga más de cincuenta y cinco años, debe pensar que es un sobreviviente de una masacre diabólica.

Cuando un joven se decide a participar en política, y no tiene miedo, debe saber que nosotros, los jóvenes de aquel entonces, tampoco teníamos miedo, y nunca imaginamos que nos iban a apresar, tortura, violar, y muchas veces matar. Y que iban por nuestros compañeros, novias y novios, por nuestros hermanos y padres, o sencillamente los que figuraban en una agenda, y que a fuerza de golpes, picana y violencia psicológica, nos iban a arrancar delaciones falsas, para incrementar la rueda de violencia.

En esa época teníamos que hacer la colimba, esa que algunos incautos, facilistas, poco informados y “esquivadores” de la responsabilidad social del estado, aún hoy quieren que vuelva. De buenas a primeras, un borracho trasnochado, manejado por los intereses de potencias extranjeras mandó barcos y Hércules a Malvinas. “Si quieren venir, que vengan. Les presentaremos batalla” dijo el hijo de puta que nunca se movió de su escritorio usurpado, ni dejó su vaso de whisky importado. El cobarde se hizo valiente a costa de la vida de los chicos de 18 años, el dolor de sus madres y padres. (Imagínese ese dolor, viendo a su hijo en este momento y multiplíquelo por 649, la cantidad de muertos en Malvinas.

Bueno, por eso, cuando hablamos de esta fecha, los que la vivimos tenemos una angustia imposible de superar, porque hemos perdido amigos, familiares y compatriota, durante y después también. Porque nos congelaron la vida, el futuro y quedamos boyando en un país devastado.

Hoy, jóvenes menores de cincuenta años, si… ya sé que son hombres, pero ellos no vivieron ese tiempo de plomo, no se escondieron en las sombras, no fueron detenido para exigirles documentos de mal modo, no fueron bajados de los colectivos, empujados contra una pared, con la manos en alto y las piernas bien separadas, palpados de armas, y toqueteadas nuestras mujeres. Ellos hoy tienen la sana soberbia de la juventud, de la libertad, de conocer cuáles son sus derechos, pero eso tuvo un precio: La lucha, sufrimiento y sacrificio de, cuatro veces más que 8.000; Fueron 30.000 los que murieron, el fundamento de nuestra democracia.

Deben saber que los viejos valoramos su valentía, su fortaleza y solidaridad, porque ellos nos levantan como bandera, sus líderes son viejos, sus referentes son viejos, y los viejos son la Memoria, los que forjaron la Libertad, los que exigieron y lograron la Justicia.

El 24 de marzo, no es solo un día en que no se trabaja. Tenemos la obligación de recordar, de tener memoria y si no viviste esos tiempos, de informarte, de saber lo que pasó, para que no vuelva a pasar, para que esta orquesta de mentirosos, que engañaron a medio país diciendo que iban a hacer cosas que no hicieron, que no iban a sacar beneficios que sacaron, que iban a ser mejores y son de lo peor, no sigan erosionando la verdad, porque sin verdad no hay Justicia, y la única forma de preservarse es teniendo Memoria.

El 24 de Marzo, aceptá la invitación del Pueblo, acercate a la plaza de tu pueblo y fortalezcamos la memoria universal por la Libertad y la Justicia.

ECA