CULTURAS ORIGINARIAS . Observan falencias en la composición de programas oficiales de alimentación
Investigan prácticas alimentarias y nutrición de pueblos mapuche
Docentes de la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos y de la Universidad Nacional de Córdoba están investigando los modos de vida y el estado nutricional en las comunidades mapuche.
Docentes y estudiantes de la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos y de la Universidad Nacional de Córdoba, desde hace tres años vienen poniendo la lupa sobre “las lógicas que ordenan los modos de vida en comunidades mapuche y su implicancia clínico nutricional”. Isabel Brutti, es la directora de este proyecto de investigación-acción que busca reconocer los saberes ancestrales, socializar esos saberes y trabajar a través de las necesidades sentidas por las comunidades mapuche que habitan la Comarca Andina del Paralelo 42, esto es, el sudoeste de Río Negro y el noroeste de Chubut, según explicó la investigadora.
La propuesta es una investigación de carácter participativo e interinstitucional que involucra a dos universidades públicas; recientemente fue declarado de interés el por honorable Concejo Deliberante de Lago Puelo, Chubut y hace unos pocos días, en el marco del XVII Congreso Argentino de Nutrición realizado recientemente en Mar del Plata, se distinguieron las obras fotográficas presentadas por Isabel Brutti, Cecilia Trigos, Cristina Possidonni, Eduardo Costa y Silvia Blanco y las alumnas Zoé Rivas y Elisa Naef.
Los ejes de la investigación en curso pasan por la indagación de cuestiones ligadas a la alimentación y la comensalidad; la nutrición y los procesos tecnológicos, el patrón alimentario, las representaciones y prácticas alimentarias. “Hemos encontrado una gran diversidad de alimentos, que incluyen frutos silvestres, productos orgánicos. Son comunidades rurales, tienen la característica de la cosmovisión de la cultura mapuche y de la ruralidad, es decir tienen una lógica precapitalista, en el manejo de sus recursos, usan la producción para su consumo no para la venta, aunque el excedente sí lo venden, y hacen recolección de hongos de ciprés”, detalló Brutti.
Para poder llevar adelante la investigación y recabar este tipo de datos, han estado trabajando con la población escolar de dos escuelas de la zona, una que funciona con el programa oficial de educación y otra de tipo bicultural y también con unidades domésticas, entendiendo por tal a grupos de adultos que viven bajo un mismo techo, sean parientes o no.
DESCOORDINACIÓN. “Lo llamativo es que cuando hicimos la valoración nutricional, encontramos muchos niños con exceso de peso y en particular, un consumo bajo y medio de alimentos y preparados ancestrales. Esto se ve acentuado en la escuela bicultural. Una explicación puede hallarse en cierta occidentalización de los hábitos y el abandono de la tradición. La otra posible razón, es que se trata de una escuela que tiene jornada extendida, hacen tres comidas, alimentos elaborados, frescos, esto es, comen nuestras comidas”, comentó la investigadora especialista en temas de nutrición y diabetes.
Otro problema detectado es la falta de correspondencia entre los programas oficiales de alimentación y la idiosincrasia y costumbres de estas comunidades. “Están diseñados para otra realidad argentina cuando había desnutrición calórica o calórica-proteica, entonces estos programas tienen muchas calorías. Hoy la Argentina está viviendo una situación de transición epidemiológica- nutricional donde coexisten la obesidad con la desnutrición subclínica. Esto lo vemos en estas comunidades.
Se ve un alto porcentaje de exceso de peso en forma conjunta con una inadecuación del calcio; la alimentación de ellos es pobre en calcio no en hierro”, especificó.
La hipótesis que se baraja es que si estos grupos pudieran “recuperar sus prácticas alimentarias podrían estar en un mejor estado nutricional”, dijo la profesora. No obstante, destacó que registran un alto nivel de actividad física desarrollado a través del juego, las tareas domésticas, la recolección de la leña o de los hongos de ciprés que hacen habitualmente.
LÓGICAS. La investigación va todavía más allá. Pretende reconocer las lógicas ambientales, económicas, organizacionales y productivas que organizan los modos de vida en las comunidades Mapuche y su relación con las prácticas alimentarias y estado clínico - nutricional a través del registro etnográfico y parámetros bioquímicos, clínicos y antropométricos.
Por el momento se hicieron cinco encuentros de sensibilización y acción conjunta con estas comunidades del Paralelo 42. El estudio comprende aspectos relacionados con los procesos tecnológicos culinarios ancestrales con las actuales tecnologías, las características de la dieta, prevalencia de enfermedades y factores de riesgo para enfermedades crónicas.
En las expectativas de los investigadores figura el valorar las lógicas productivas, las características de la ingesta actual y su relación con el estado clínico - nutricional. Así, se busca “recuperar los saberes ancestrales, valorar el impacto de culturas y considerar necesidades sentidas a fin de orientar políticas alimentarias y de salud, en el marco de interculturalidad”, subrayó Brutti.
Cosmovisión
APROXIMÁNDOSE a las maneras de comer de estas comunidades, aparece el curanto, toda una ceremonia consistente en una comida cuyos alimentos son cocinados por el calor de piedras bochas, (típicas de los lagos sureños). Dicen que hay que cavar un hoyo en la tierra, de 15 centímetros de profundidad (cuya superficie depende de la cantidad de personas), dentro del cual se colocan esas piedras que se calientan a rojo vivo en una hoguera.
Sobre estas piedras se pone un colchón de hojas de nalca o maqui, y sobre éstas todos los ingredientes: carne de vaca, de cordero, de cerdo, pollos, chorizos, papas, batatas, manzanas y zapallos. Luego se vuelve a tapar todo con hojas, sobre las que se colocan lienzos húmedos para que no se pierda el calor y se cubre todo con abundante tierra. De este modo la práctica se convierte en una suerte horno a presión.
Cuando la cocción está lista comienzan a surgir de la tierra hilitos de humo.
Al destapar el curanto se ven todos los alimentos ya cocidos por el calor de las piedras.
De esta tradicional comida, participaron las investigadoras en uno de los encuentros que hicieron con la comunidad mapuche.
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