4/4/12

Policía asesinado en Neuquén: dramático pedido del hermano de la víctima

asesinato del policía neuquino

"Que los detengan con vida, pero rápido"

El pedido lo hizo Aldo Aigo, hermano del policía abatido, quien anticipó que hoy podrían entregar un petitorio a la presidenta Cristina Fernández durante su visita a Bariloche.

JUNÍN DE LOS ANDES (ASM)- "Todos queremos que los detengan con vida y sean sometidos rápidamente a la justicia con todo el rigor de la ley", dijo Aldo Aigo, hermano del policía asesinado en Pilo Lil, a la vez que se mostró esperanzado por la nueva pista de los prófugos en Quillén, donde ayer eran intensamente buscados.

Aigo también anticipó que gestionarán una audiencia para hoy con la presidente de la Nación, Cristina Fernández, quien visitará el aeropuerto de Bariloche en el marco de la inauguración de las obras de remodelación.

El familiar de José Aigo dijo que la intención es "entregar un petitorio, en el que solicitaremos que se refuerce la búsqueda de los asesinos de nuestro hermano con todos los recursos logísticos y técnicos disponibles".

En diálogo con este diario, Aigo también deslizó la idea de que "el gobierno nacional debería intervenir en otros aspectos, como es esto de las evidencias que indican que personas con actividades guerrilleras están dentro del país".

Conviene recordar que Alexis Cortés Torres y Jorge Antonio Salazar Oporto, este último sindicado como autor de los disparos que abatieron a José Aigo durante un control rutinario de tránsito sobre la ruta 23, serían presuntos integrantes de las organizaciones chilenas Frente Patriótico Manuel Rodríguez y MIR-Ejército Guerrillero de los Pobres.

A la vez, Salazar Oporto es buscado en ese país desde 1997 por su supuesta participación en el asesinato de un carabinero. Informes de inteligencia y testigos que declararon en un juicio por otro crimen contra un carabinero, citados por diarios trasandinos, señalan a Salazar Oporto como "instructor" de armas y supervivencia en campamentos clandestinos de la región del Bío Bío.

Como fuere, personas que se identificaron como "familiares y amigos" de Cortés Torres y Salazar Oporto entregaron una nota en la embajada de la Argentina en Santiago, para exigir que se respete la vida de los buscados.

Aigo dijo a "Río Negro" que "todos queremos que estas personas sean halladas con vida y entregadas a la justicia, para ser sometidas a un juicio justo y castigadas con todo el rigor que la ley prevé para el crimen que han cometido, Pero debe ser rápido, ya llevamos muchos días esperando...".

En ese contexto, Aigo se mostró esperanzado en las últimas pistas que siguen los policías afectados a los rastrillajes.

"Tengo entendido que los rastros que se están siguiendo en la zona de Quillén son frescos y coincidirían con los de estas personas; ojalá tengamos novedades en las próximas horas", aventuró.

Como informó este diario en su edición de ayer, la policía maneja una nueva pista sobre el paradero de Alexis Cortés Torres y Jorge Salazar Oporto a unos 40 kilómetros al norte de Pilo Lil, donde ocurrió el asesinato del policía José Aigo.

El jefe de la Policía, Raúl Laserna, fue quien admitió que una testigo vio a dos personas que le resultaron sospechosas en el paraje Quillén, en proximidades de Aluminé. Conviene recordar que aquella localidad era la que se tenía por destino del contingente que integraban Juan Marcos Fernández, propietario y conductor de la camioneta supuestamente "fletada" por quien luego sería identificado como Salazar Oporto, para realizar un viaje entre El Bolsón y Aluminé junto a Cortés Torres, quien se había sumado en Bariloche.

El vehículo, una pick up Mitsubishi L200, fue interceptada por la patrulla rural que integraban el sargento Aigo y el oficial Pedro Guerrero.

El sangriento desenlace se produjo cuando Aigo intentó hacer un registro del vehículo. Fue muerto a tiros por la espalda, mientras que Guerrero logró repeler a los agresores también en medio de intensa balacera, hasta ponerlos en fuga.

Hasta el pasado lunes, la búsqueda se había concentrado en el área Chiquilihuín, unos 50 kilómetros al noreste del paraje Pilo Lil. Pero el testimonio de la vecina de la zona de Quillén reorientó los rastrillajes hacia el norte con unos 40 policías, aunque sin descuidar otras de las zonas bajo batida.

De acuerdo con Laserna, a la mujer le llamaron la atención varias características de estos dos hombres: uno tenía la mano vendada, el otro caminaba con dificultad, y ambos lucían barba de varios días, vestían ropas sucias y parecían desnutridos.

Sin embargo, la mujer no los vio en actitud de ocultarse sino comprando cigarrillos en un comercio. Ese último dato provocó cierta extrañeza en los pasillos de tribunales de Junín de los Andes, donde se lleva la causa por el asesinato, pero, con todo, se mantenía la esperanza de dar un vuelco definitivo a los rastrillajes que se iniciaron el siete de marzo, horas después del asesinato de Aigo.

RÍO NEGRO