22/7/09

Riesgo Volcánicos: Trabajan sobre la concientización de la población cercana a volcanes

Prevención ante riesgos volcánicos

Un estudio realizado por profesionales de la Universidad Nacional de Cuyo permitió establecer que Mendoza no está exenta de riesgos producidos por posibles erupciones volcánicas. Si bien se trata de fenómenos que se producen cada miles de años, resultaría importante comenzar a trabajar para generar conciencia en la población, en especial de aquellos que residen en pueblos más aislados y cercanos a los emplazamientos de los volcanes.

miércoles, 22 de julio de 2009 – Fuente: Los Andes

Tiempo atrás, desde esta columna editorial, hicimos alusión a un estudio que estaban realizando profesionales mendocinos, con el apoyo de la Universidad Nacional de Cuyo, destinados a establecer una necesaria carta de riesgo volcánico para la provincia.
Indicábamos, en ese momento, que los resultados beneficiarían directamente a la provincia, por lo que se hacía necesario un aporte que permitiera la finalización de la investigación a los efectos de establecer cómo amortiguar posibles consecuencias ante ese tipo de fenómenos.
Con los resultados ya definidos, la inquietud surge porque, en las conclusiones, se indica que Mendoza debería contar, en un futuro no muy lejano, con planes de contingencia para mitigar los inconvenientes generados por posibles lluvias de cenizas u otras situaciones naturales producidas por erupciones volcánicas. También se destacaba que la población en general no está concientizada sobre cómo actuar frente a este tipo de situaciones.
La preocupación sobre qué es lo que puede ocurrir en caso de erupciones volcánicas se multiplicó meses atrás, en oportunidad de producirse la erupción del volcán Chaitén, ubicado a 1.300 kilómetros al sur de Santiago de Chile y cuyas cenizas afectaron también a numerosas localidades argentinas, entre ellas El Bolsón y Esquel.
Las investigaciones realizadas en Chile determinaron que ese país posee la segunda cadena volcánica más grande y de mayor actividad del mundo, después de Indonesia; que allí hay más de 2.000 volcanes, de los cuales sólo 500 han sido clasificados como potencialmente activos y que, de éstos, sólo entre 50 y 60 tienen registro de erupciones.
Debe recordarse que la erupción del Chaitén provocó la evacuación de la totalidad de la población de la localidad chilena del mismo nombre y de parte de localidades argentinas, aunque los problemas no sólo se circunscribieron a los lugareños sino que la capa de cenizas acumulada, que superó los 15 centímetros, quemó bosques y pasturas y dejó un saldo de cientos de animales muertos, además de la destrucción de más de 100 viviendas, como consecuencia del desborde de uno de los ríos.
Los profesionales argentinos que realizaron el estudio sobre la situación en Mendoza, destacaron que nuestra provincia no está exenta de posibles erupciones o de sufrir las consecuencias de problemas que se planteen en el vecino país en razón de que los vientos del Pacífico podrían arrastrar cenizas y gases hacia nuestro territorio, destacando que esa situación se ha presentado varias veces en los últimos 10 mil años.
Sostienen que la mayoría de los volcanes que pueden afectar a Mendoza se encuentran en la cordillera desde Tupungato hacia el sur, y determinaron los volcanes activos, que son los que han tenido erupciones históricas, y los potencialmente activos, con erupciones en los últimos 10 mil años, tanto en jurisdicción de Mendoza como en el territorio chileno.
En este último tipo ubicaron al Quizapú, situado en el vecino país a la altura de Malargüe, que en 1932 generó un evento volcánico intenso con graves consecuencias en una zona del departamento mendocino, especialmente para la agricultura y la ganadería.
El estudio resulta interesante porque permite tomar conciencia de que nos encontramos en una zona de riesgo, aún a pesar de que ese tipo de eventos se presentan cada miles de años, aunque también es factible que se repitan en cualquier momento.
Y más interesante resultan aún las conclusiones sobre la carencia de preparación en que se encuentra Mendoza para hacer frente a ese tipo de situaciones.
Es por eso que las autoridades deberían tomar en cuenta esos datos a los efectos de comenzar a establecer planes de contingencia para mitigar los inconvenientes generados por la lluvia de cenizas que sigue a una erupción y generar conciencia en la población sobre el tema, a los efectos de evitar sorpresas desagradables, como lo que sucedió en Chile con la erupción del Chaitén, porque la población se encontraba muy vulnerable.
Más aún cuando, según el estudio, el mayor peligro podría recaer sobre los pobladores de localidades y pueblos más aislados y cercanos a los emplazamientos de los volcanes.