El Banquito de la buena fe ya está en marcha
Con treinta y cuatro emprendimientos y más de treinta mil pesos en créditos, se ponen en marcha los sueños de cinco grupos de emprendedores bajo la coordinación de Fundación Petisos. Verdulería, ropa, perfumes, viandas, son sólo algunos de los proyectos.
En la última semana se han entregado más de treinta mil pesos en créditos, y muchas familias y grupos de trabajo están comenzando a hacer realidad sus sueños y proyectos de economía social. Se trata del programa Banquito popular de la buena fe. Hasta el momento existen treinta y cuatro emprendimientos que comienzan a tomar forma y vida, tales como verdulería, ropa, perfumes, bordado en cinta, viandas, lencería, pan casero, carpintería, camperas y ropa para nieve.
El Banquito de la buena fe es un programa de red de microcréditos que depende del Ministerio de Desarrollo Social y agrupa a más de 800 emprendimientos en el país. A nivel local, Fundación Petisos actualmente trabaja con cinco grupos como Paso a paso, Cuyen y Nuevo Horizonte, pertenecientes a los barrios 2 de Abril, Unión, Cooperativa 258, El Maitén y Pilar.
Pero más allá del otorgamiento de microcréditos existe en este programa un espíritu de construcción participativa, educación popular y economía solidaria. “Creo fuertemente en que la única forma de progresar es aprender a administrarse, para hacer esto tenes que tener dos cosas, dinero y conocimiento de cómo hacerlo” reflexiona Valeria Hernández, referente regional del Banco de créditos de la Buena fe, perteneciente a la Fundación Gente Nueva, -organización que administra el proyecto general-, y co-coordina junto a Marcela Benítez todos los banquitos de Fundación Gente Nueva, Don Zatti, Gotitas de Esfuerzo, Cooperar de El Bolsón, Asociación Madres Cuidadoras y ahora Fundación Petisos.
Hernández además, explica la esencia del funcionamiento y el éxito de esta red: “Muchos creen que al movilizar dinero están ganando y no es así. Pienso que hay que conocerse para saber cómo ayudarse y es lo que hemos hecho estos años. En la primera reunión del Banco hacemos lo que se denomina %u2018la línea de la vida’, donde cada uno cuenta cuatro o cinco situaciones buenas o malas que le hayan pasado en su vida que lo hizo ser la persona que es hoy. Esto hace que descoloquemos a la gente que se acerca, viene preparada con lápiz y papel para comenzar con los números, allí le hacemos ver que nos importa mucho lo individual y si el promotor sabe bien cómo llevar este momento hace de este un grupo magnífico. Conclusión, lo monetario es solo una excusa para acercarnos y generar otro tipo de cosas, no solo a nivel personal, sino grupal, barrial y comunitario.”
Sobre la importancia de los microcréditos y el objetivo de los mismos, Hernández refiere: “Creo que es la base que necesita un emprendedor, allí aprende a manejar primero su economía familiar para después llevar la economía del emprendimiento, y así usarla como una estrategias mas dentro de la economía social, entendiendo a esta ultima como la que reúne todo el dinero que entra en el hogar, ya sea changas, planes, subsidios, prestamos, y como se la rebusca la gente para llegar a fin de mes. Pero no solo es importante el banco en lo económico sino en lo social, hace que la gente salga de su casa y comience a mirar a su alrededor y elegir con quien agruparse, abrirse a conocer gente nueva, a desnudar sus historias de vidas y comenzar a vivir en comunidad, buscar estrategias de ventas, de compras, ver como abaratan costos, ingeniándosela en conjunto; ver que problemática hay en su barrio y darse cuenta que tienen la posibilidad de cambiar su realidad. Es decir, pasar a ser sujeto de derecho.”
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