Aprovecho este 8 de marzo, para escribir unas líneas y saludar a todas mis colegas mujeres recordándoles que este día, dejó de ser visto sólo como el resultado de luchas sociales históricas de la mujer para defender sus derechos.
En la actualidad apreciamos como nuestros derechos se ven reconocidos permitiendo nuestra participación e inserción en amplios sectores para el desarrollo de la vida humana.
Actualmente la mujer ha logrado traspasar el umbral de lo privado para insertarse con una profesión o un oficio en lo público y competir de igual a igual con el hombre, sin descuidar el trabajo de la mujer ama de casa, trabajo no menor y hasta el momento no reconocido.
Es por ello que saludo y abrazo cordialmente a todas ustedes, no sin antes recordar que el respeto, la promoción y la protección de los derechos humanos constituyen una exigencia de las sociedades actuales, y los derechos de la mujer no pueden verse limitados ni transgredidos bajo ningún pretexto, ni por personas a título individual, ni por instituciones, ni por los Estados ni por las ideologías, incluyendo las religiosas.
También me sumo al lema que la ONU ha establecido en el actual año, para este día Internacional, y es “Habilitar a la mujer campesina, acabar con el hambre y la pobreza. Para ellas mi especial reconocimiento y acompañamiento en la lucha, para que dejen de ser discriminadas y acompañarlas para que las políticas respondan a sus necesidades.
Nada puede estar por encima del respeto de los derechos humanos fundamentales y las libertades democráticas de las mujeres, en tanto sujetas humanas.
Graciela di Perna
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