30/1/10

Vinos de América: Reconocen la bodega de El Hoyo

Algo más que muy al sur

La viña de Bernardo Weinert en El Hoyo de Epuyén tiene muchas características singulares dentro de los parámetros argentinos: la más austral, la más occidental, la única influenciada climáticamente por el océano Pacífico, entre otras. Pero nos detendremos solamente en dos: la niebla y los pájaros. El día que visité el lugar, la bruma era tan espesa que no tuve conciencia de mi llegada al viñedo hasta que estuve a punto de chocar con un espaldero.


Ese panorama es frecuente durante la cosecha, por lo que ésta suele realizarse en horas de la tarde, o sea, exactamente al revés de lo que sucede en cualquier otra región productora del país.
Otro motivo de asombro es que los viñedos están íntegramente protegidos por mallas metálicas, no por el granizo (desconocido en la zona), sino para evitar el ataque masivo de los pájaros. La explicación de este fenómeno es muy simple: todo el valle se caracteriza por la producción de frutos rojos y berries, especialmente frambuesas, cerezas, frutillas, cassis, grosellas, corintos y arándanos, que son el alimento principal de las aves. Dado que la cosecha de uva se produce en fechas realmente tardías (hasta el 8 de mayo) y que en ese momento ya no quedan frutas, todos los plumíferos voladores del valle se van para el viñedo, lo que hace necesaria una protección especial para evitar la depredación de los racimos.

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