6/6/16

Grupo Teatro Casero, de El Bolsón, participó, en Tucumán

Darío Levin: “El teatro debe hablar con su contexto”

El Grupo Teatro Casero, de El Bolsón, participó, en Tucumán, de la 31ª Fiesta Nacional con la obra “Ensayo ruso...”. Presente en el evento, “Río Negro” dialogó con sus protagonistas.

    Elenco. Darío Levin y sus actores.

    Elenco. Darío Levin y sus actores.

    Exterior. La obra sale al patio.

    Exterior. La obra sale al patio.

“Ensayo Ruso, Compendio de Inquietudes”, de El Bolsón, ganó en noviembre pasado el Festival Provincial de Teatro rionegrino celebrado en Roca, y está representando a la provincia en la Fiesta Nacional de Teatro (FNT) de Tucumán, en tres funciones ocurridas el miércoles y jueves pasados, en Casa Luján, borde norte de la ciudad de San Miguel de Tucumán .

Adaptación libre de “Petición de mano” (1888), del dramaturgo ruso Antón Chéjov, la obra en un acto y tres personajes que para alcanzar lo que desean, se enfrentan por lo que poseen, cuenta con las actuaciones de Guido Arena, Leonardo García, Silvina Orlando, dirección de Darío Levín, asistencia, gráfica y fotografía de Kevin Orellanes, e iluminación de Ana D’Angelo. En la mañana del miércoles, horas antes de la primera presentación, “Río Negro” se reunió con el elenco. Comienza diciendo su director:

“Nosotros, como nos sucede en La Comarca, nos adaptamos a la sala-casa que nos dieron acá. Una vivienda vieja donde funciona una escuela barrial de teatro, en un barrio periférico del centro. Desde el lunes ensayamos ahí. No hacemos un montaje de luces, de escenografía sobre un escenario clásico.

Acá nos adaptamos al espacio, al techo bajo, a la cantidad de ventanas, tres, que dan al fondo. Y al espíritu del lugar que nos modifica la propuesta. Si es burgués o en este caso, humilde, son elementos que si se saben apreciar y aprovechar, resulta mejor para que la obra siga viva y se generen cambios.

Lo fuimos descubriendo, no fue una idea original. Yo pensaba que ‘Ensayo Ruso...’ no se iba a mover de nuestra casa y sin embargo acá estamos, gracias a ellos que me convencieron. Ellos son más importantes que yo, porque trabajan mucho cada vez que cambia de sitio”, revela Lavín mirando de frente a los actores..

“Soy un fervoroso defensor de la independencia, aunque esta instancia no es independiente, no la vivo como tal. Tengo que aceptar y negociar un montón de condiciones con las que casi no estoy de acuerdo.

Las admito porque es un encuentro nacional, apoyo muchas de las políticas del Instituto Nacional del Teatro, ha hecho mucho bueno, pero la independencia real, del placer de hacer teatro, de juntarse a ensayar y dar funciones, es inigualable”, asume.

P- Es una vidriera para el teatro de todas las provincias, se conocen con otros grupos que de otra manera no sería imposible.

Darío Levín- Sí, hay un intercambio y es parte de la vida también.

Guido Arena- Nosotros empezamos descubriendo qué es esto del Teatro Casero a medida que trabajamos en la casa en El Bolsón y según fueron pasando las funciones en otros lugares. Lo que nos modificó en un montón de aspectos. El director tiene una imagen y nos propone jugar, y en eso, aparece nuestra propuesta, él la toma, la analiza y seguimos. Compartimos, pero, en mi caso particular, yo me agarro bastante de la dirección, confío en él. Debe ser así la relación...

Esta obra es un clásico y en ella conviven ambas facetas. La miseria humana es la misma hace más de cien años y ahora.

P- Gira sobre la dificultad o imposibilidad de expresar los afectos porque interfiere la disputa por lo material.

Silvina Orlando- Transcurre en Rusia, fue escrita hace mucho tiempo, sin embargo cuando terminamos la obra, hemos tenido devoluciones como “es la vida misma”, “esto pasa ahora” y muchos matrimonios grandes se han mostrado conmovidos porque el amor no termina de concretarse por discusiones banales sobre el tener, y me dijeron: ¡Nena decí que sí, lo demás no importa!

Darío Levin- La obra resuena mucho en El Bolsón, en esa región el frío, las montañas, dos familias pelean por un pedazo de campo, por los perros. Tiene mucho que ver con personas que allí viven.

S.O.- Cuando Darío la trajo, le dije: esto pasa acá! Que el alambrado se mueve de acá para allá o por una vaca que se escapa. Al hacerla en El Hoyo, un lugar más de chacras, de pobladores más antiguos, resonó mucho, por ejemplo, la pelea por el terreno de los pastizales entre mi personaje y el de Guido (ver recuadro). La encontraron muy actual.

P- Múltiples miradas que permite Chéjov.

D.L.- Es importante que el teatro dialogue con el espacio donde se hace. Vengo de Buenos Aires, hace dos años que vivo en La Comarca Cordillerana, y Chéjov tiene cosas que veo en el sur, la nieve, el frío, el campo. Debe dialogar con el lugar. No es solo poner la obra. Siempre tiene que interpelar por qué la hago, por qué sigo haciendo teatro allí. Fue fundamental para el proceso. Eso no se dice en el texto, pero están estas cosas de las que hablamos. Ninguna institución la subsidió.

Yo hice una especie de dogma para hacerla, no pedir subsidio para poder crear otra poética y no restringirnos, si bien nos ayuda económicamente. Todo restringe, entonces hay que buscar nuevos principios para poder producir un acto creativo.

“Soy un fervoroso defensor de la independencia, aunque esta instancia no es independiente, no la vivo como tal”.

Reconoce Darío Levin, director teatral de Grupo Teatro Casero.

RÍO NEGRO